¿Somos capaces de controlarnos?

Hoy en día todo el mundo piensa que es imposible mantenerse virgen hasta el matrimonio. Y si dices que luchas contra pensamientos sexuales incorrectos, te tomarán directamente por loco. Dicen que reprimir todos estos deseos y pensamientos no es saludable y que al final acabarás con más problemas aún. Dicen que estos deseos sexuales son buenos, así que tenemos que darles rienda suelta y no cohibirnos.

Simplemente ya se han tragado las mentiras de Satanás, y como siempre, sus mentiras contienen un poco de verdad. Es cierto que tener deseos sexuales es algo bueno. Dios creó al hombre para desear a la mujer y creó a la mujer para querer ser deseada, y cuando lo ves así aprecias lo hermoso que es la unión entre un hombre y una mujer.  

Son la combinación perfecta. El deseo más intenso de él es desear a esa mujer que ama, y el deseo más intenso de ella es ser deseada por ese hombre que ama. Bonito, ¿no? Piensa en el día de la boda. ¿En qué está pensando la muchacha? Pues, en muchas cosas, claro, pero una cosa es fundamental: ponerse linda. Ha gastado horas en elegir el vestido perfecto, el peinado ideal, el ramo más precioso... Y el hombre, ¿en qué está pensando? En la belleza de su novia. Así es cómo debería ser.

El problema es que nuestra sociedad nos enseña que no somos capaces de controlar estos deseos. Se nos repite con tanta insistencia esta idea, que probablemente tú también hayas terminado por creerlo. Este es el motivo de las campañas para fomentar el uso del preservativo, y la entrega de la "píldora del día después"; creen que los jóvenes son incapaces de controlarse. Nuestro mundo ve el sexo entre jóvenes que no pueden controlarse como una cosa buena y saludable. No pueden ver que sus enseñanzas están destruyendo matrimonios. ¿Lo puedes ver tú?

Piénsalo un poco más.  Si un hombre entra en el matrimonio creyendo que no es capaz de controlarse, ¿Qué pasará después de casarse, cuando se encuentre atraído por otras mujeres? ¿Qué esperanza tiene este hombre si nunca ha aprendido a controlar sus deseos y pensamientos? Y no se te ocurra creer que toda esta lucha acaba el día después de la boda.  Para nada. Antes de casarte, la lujuria tiene como punto de mira tu pareja. Eso es porque la lujuria siempre anhela lo que no deberías tener, y antes de casarte, tu pareja todavía no es tuya. Pero al casarte, la lujuria ya no está interesada en tu cónyuge ¡porque te pertenece! ¿Ahora qué quiere la lujuria? Cualquier persona que no sea tuya.  Por otro lado está la mujer. ¿Cómo será su  matrimonio si nunca ha aprendido a controlar su anhelo de ser deseada? ¿Cómo va a protegerse después de casarse cuando nota que un hombre le valora y le aprecia más que su marido? La respuesta es obvia. No será capaz. Ninguno de ellos será capaz de controlarse, y por eso existe hoy en día un porcentaje tan alto de divorcios. Sostienen que está mal reprimir estos deseos sexuales pero luego no ofrecen una alternativa al matrimonio más que la ruptura y todas sus consecuencias. Lo que el mundo llama reprimir deseos, Dios lo llama controlar deseos . No es reprimir, es ahorrar. Tú no eres un animal. Tienes control sobre lo que piensas y lo que haces... o por lo menos deberías. Así que Dios quiere que aprendamos a controlar esos deseos sexuales porque si no, destruiremos el increíble regalo de Dios: el matrimonio.

Y no se destruirá sólo el matrimonio. Satanás quiere utilizar el sexo para destruirte y no le basta sólo con destruir el matrimonio. Quiere destruir a la persona entera. No tienes que buscar muy lejos para comprobar que el sexo fuera del matrimonio ha hecho un daño enorme a muchísima gente. Vemos a niños sin papás porque sus padres pasaron una noche romántica sin apenas conocerse. Vemos tantas enfermedades de transmisión sexual que sólo existen porque nuestro mundo no ha escuchado a Dios. Vemos a jóvenes con cicatrices emocionales muy profundas porque se han acostado con alguien que poco después les ha rechazado. Nadie va a negar que el sexo es un precioso placer, pero fuera del matrimonio, Satanás lo usará para destruirte de mil maneras. El llamado de Jesús es a ser puro, no sólo en tu cuerpo, sino también en tu mente, aprendiendo a controlarte y a guardar tus deseos para tu mujer. Por eso Dios es tan radical a la hora de hablar de ello. Éste es el motivo por el cual Jesús afirma que en este tema no sólo es importante tu cuerpo, sino también la mente. Parece que Él cree que somos capaces de controlarnos.

"...No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente.  
Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta..."  

Romanos 12:2 (NVI)